martes, 14 de agosto de 2018

The I.P. story


Una vez viví entre dos palacios. Uno era de hielo, el otro era la Alhambra. Me acurruqué sobre un cálido y destartalado colchón a la penumbra de una vela. Hacía frío pero yo tenía calor. Sonaban acordes tranquilos, olía a madera y a carbón y los sabores de especias se confundían en mi boca. La lengua y el lenguaje fluían, y las manos, y el sudor. Era invierno, un próspero invierno. Mi rostro adornaba una mesa y varias calles y no había confianza suficiente para el dolor. Estábamos de estreno. Dos lunas colgaban a derecha e izquierda, una bufanda negra guardaba mi olor. Había elefantes y tortugas, tulipanes y girasoles, y una abeja revoloteando en el tejado. Hubo también lágrimas, lágrimas de alegría y lágrimas de decepción. De repente la poesía, el tango, el rock'n'roll, fade into you, anything goes, las clases de cine, el teatro, la improvisación. Se abrieron otros bares, y alguno se cerró. Cuando el sol se dejó ver se estaba bien cerca del río, un río imaginario que refrescaba las noches. En aquel barrio oscuro, la luna brillaba y brillaban los ojos. Y en aquel entonces las conversaciones eran divertidas. Se entendían los mensajes. Comunicación, comunicación sin razón, comunicación porque sí. El orgullo no cabía, solo había necesidad. 
Una vez estuve viva en un sueño congelado, con M&M's, una foto en blanco y negro, agua con manzana, música clásica en la radio, leña del bosque, mi vestido blanco caminando entre los muertos del cementerio, un taxi frente a la estrella. Llegó una melodía parisina, y más tarde un aire de flores ya marchitas por el tiempo... pero no era yo, y me escapé por la ventana. Porque hubo un tiempo para olvidar el pasado, que pronto se convirtió en un futuro que olvidar. Las llaves de ese palacio las tengo todavía, pero la suerte se fue desmontando y se descolgó del todo cuando el orgullo absurdo comenzó a tomar parte en este juego inventado. Quedan atrás muchas cosas, y ese capítulo primero del cuento, aunque atrás, sigue presente pero está llegando a su final.

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