jueves, 12 de enero de 2023

Apenas resucitando

El final de 2022 y el principio de 2023 ha sido lo mismo para mí: una puta basura. Amigdalitis, conjuntivitis, regla descontrolada, dolor en las articulaciones, un virus recurrente, y TODO a la vez, sin contar los múltiples desencantos y preocupaciones (desencadenantes, casi seguro, de todo lo anterior). Más que un médico me tenía que haber visto un exorcista... Es lo que tiene una bajada de defensas, que tus puntos débiles se ven amenazados. Ver a mi padre incapacitado (espero que temporalmente) por un dolor en la pierna, a mi madre sobrecargada por la responsabilidad y la preocupación, y tener que aceptar (una vez más) que no todo el mundo valora las cosas como lo harías tú, me ha afectado más de lo que debería permitir. Y por más pastillas efervescentes que tome una, la realidad golpea más fuerte. 
La navidad en general ha sido bastante fea para mí. A pesar de los esfuerzos de casi toda mi familia por mantener la normalidad y celebrar cosas, la verdad es que todo se ha empañado. Y todavía queda un largo mes de enero (como mínimo). 
Con todo, el 2022 ha sido un buen año, si no contamos la precariedad laboral de los últimos meses. Ha estado marcado por celebraciones familiares (cumpleaños importantes, jubilaciones, y hasta un baby shower), la elaboración de mi primer cortometraje (ya para exportar, a falta de cuatro detalles), la incorporación a la plantilla de El Batracio Amarillo, y el descubrimiento de esa persona que me ha inspirado a hacer todo lo que tengo entre manos ahora, y que me ha dado el combustible vital en una etapa complicada. Para el 2023 tengo demasiados propósitos, pero como he estado sonándome los mocos, viendo dragones y cagándome en mi puta vida los diez primeros días, tendré que empezar a meterles mano más tarde. Básicamente, tengo que sentarme a escribir. Casi todo lo que tengo por delante requiere de una escritura previa. A corto plazo tengo los artículos para la revista (en el número de navidad me publicaron dos, vamos ascendiendo en la empresa...), y tengo un espectáculo de comedia en pañales que me urge terminar, pero además hay un par de guiones dando vueltas, un microteatro, y piezas sueltas que no sé ni cómo catalogar, y que supongo que dejaré para más adelante por no volverme loca del todo. 
Podría ahondar algo más en esta entrada y hablar de un tal Aly, que me ha hecho los días de mierda un poco más llevaderos, de una tal Marian, que me ha contado cómo funciona lo que no se ve, de lo terrible que es verte en medio de personas que quieres y que entre ellas no se quieran, de un pasado que mi cuerpo no olvida y de un futuro con mucho ADN que barrer... podría hablar de todo eso. Pero hoy, tan descentrada, tan desganada, y apenas resucitando, hoy no es el día. 




                                                 Making of "La Caverna"