domingo, 6 de junio de 2021

Por si acaso

Por si no estoy, por si no estás. Por si me voy, por si te vas. 

Por si me olvido, por si recuerdo. Por si te lo encuentras de casualidad.


Primera impresión, prudencia, esperanzas, tropiezos, renovar ilusiones, billetes de ida y vuelta, “sé tú misma”, “no lo seas”, decir y callar, mentiras, creer sin más, mudanzas, mucho miedo, puñalada mortal.

Oscuro.

Portazos con dignidad, madrugadas sin ella, estrategias, reflexiones, palabras sinceras, “no te alejes tanto” (y tú cambias de ciudad), cartas de despedida, voces que tiemblan, maletas, carretera y mar.

Oscuro.

Desliz, lagunas, “te veo más allá”, una noche y media en dos semanas, una mala idea en media noche, necesidad de escapar, “perdón”, “amigos”, “no amigos”, experimentos, lazos invisibles, verdades de verdad, "lo sabes”, “lo sé”, ese proyecto, todo compartido, las casas, las llaves, “no me sueltes nunca”, “no lo sé”, “no quiero saberlo”, luz de gas.

Oscuro.

Excusas, mentiras mentirosas, la peor frivolidad. 

Oscuro.

Todo. Sólo para que conste, se hizo todo.

Y entre acto y acto los madrugones, las sustancias de colores, los papeles arrugados, deadline, y dioses y estrellas y lunas y universos, los deseos y las realidades, el cinismo, la fe ciega, el fracaso, el escepticismo, y otros ojos, y otras bocas, y otros sueños, más deporte, más pensar, más en mí, y los estudios, y las promesas, y el libro de quejas y reclamaciones, pedidos defectuosos y devoluciones, la paciencia infinita, el “ya no me lo creo”, el destino, las decisiones, los errores y los aciertos, signal… 

Si no es ahora, no quiero que sea más. 

Oscuro.

Al final, no se puede negar que somos, en efecto, unos idiotas. 


Telón.


miércoles, 2 de junio de 2021

Un empujón más

A una semana de mi cumple, me veo llegando con el último aliento al final de la carretera, a una rotonda iluminada donde elegir dirección y poder entrar… quién sabe dónde. Porque espero que ese día 8 sea el último día de muchas cosas, y el principio de algo nuevo que, últimamente, veo reflejado en todas partes: en el cascanueces, en la niña de “esa” peli, en el momento que encontré la magdalena, o en las mentiras piadosas que nos cuentan las estrellas a las que miramos hacia arriba de vez en cuando. Todo lo que es, es porque lo pensamos (los peripatéticos y yo estamos aprendiendo tanto. “Merlí, ens fots trempar!”). 

Mi coche, mi biblioteca, mi acogedor rincón… nuevos espacios para nuevas cosas. Viendo destinos para un billete de avión a punto de caducar, y con los faros mirando lejos, al norte, a un lugar imaginario de un pasado también imaginario. 

Los fotogramas del corto empiezan a tomar forma, aunque la música tendrá que esperar un poco más. El último intento destrozó algo muy querido que ya no debía tener. Y se destrozó algo más en ese momento: la otra mitad de dos partes aparentemente irreconciliables. 

El 9 de mayo se dio por terminado el estado de alarma y el toque de queda, y parece que empezamos a estar donde siempre estuvimos. Y todo coincide… el color de las cálidas noches de primavera, tanta luz natural, las salidas eternas desde el barrio hasta los rincones más desconocidos… Y aunque no esté donde siempre, estoy para quien me busque (a boca llena). Hasta entonces, mejor de lejos, mejor en calma, mejor callados.