jueves, 31 de agosto de 2023

Esta rara y mágica noche

Hoy es un día mágico. O, más bien, una noche mágica. Me vine a la costa a escribir y a terminar trabajos pendientes, pero hoy me gustaría estar en otro sitio. Porque hoy, el lugar más bonito del mundo no está en esta parte del Mediterráneo. Querría estar allí, aunque no tendría sentido haberlo intentado siquiera. No es ahora el momento, y no es ése el lugar. 

Pero sigue siendo mágico estar más cerca que nunca, aunque tan lejos como siempre. Y que durante un par de días los relojes marquen la misma hora, que veamos el sol salir y ponerse a la misma vez, y que la luna se refleje en el mismo mar. Una luna rara, extraordinaria, poco habitual: una superluna que además es luna azul. Una luna especial, en una noche especial. Debe ser casualidad, pero me gusta imaginar que no. 

Y desde aquí sólo puedo seguir imaginando. Porque no podría conformarme con una borrosa versión en miniatura, y luego sentarme junto a una langosta a esperar a que las calles se vacíen por arte de magia para hacerme mínimamente visible. E incluso si la parte más surrealista se diera, tampoco aceptaría no ser “sólo yo”, y que un tímido y tembloroso “gracias” sea todo lo que me quede en el recuerdo. 

Esta noche tengo celos del mundo entero. De los que sí pueden, de los que sí quieren, de los que no piden más. De los que se alegrarán más tarde, desde su rincón del mundo, mirando una pantalla de móvil mientras yo miro la luna en silencio para ver si así me llega el eco de la voz a través del mar, y las risas, y los aplausos. 

Y después de esta noche, todo volverá a ser igual. Porque, seguramente no, pero seguiré haciendo mi parte por si acaso. Seguiré juntando señales, por si acaso. Seguiré preparándome para que, por si acaso, el momento no me pille “muda” ni “sorda”. Seguiré creyendo en ese día de junio, y terminaré lo que conseguí formar, por si acaso. Y buscaré el dinero donde sea, y hablaré con quien tenga que hablar para conseguir esa plaza, y me quedaré por allí para estar cerca, por si acaso. Porque, seguramente no, pero sólo por si acaso me encargaré de destruir fronteras, banderas y torres de Babel. Todo lo demás se lo dejo al azar que, de caprichoso que es, se ha ganado mi respeto. 

La gente suele preguntar qué es lo mejor que te ha pasado. 

Yo prefiero contar qué es lo mejor que nunca me ha pasado. 


Dancing in the moonlight (it's caught me in its spotlight)