sábado, 29 de enero de 2022

Puestos a escribir

Retos que te presenta la vida. Yo que por aquí trato de que no se entienda una mierda de lo que digo, ahora tengo que ser clara y transparente, y conseguir que todo el mundo comprenda bien cada palabra que escribo. Y como a mí un reto me pone, pues aquí estoy, a tope con el último que me ha caído. He pasado casi todo el mes de enero escribiendo por encargo, pero me encanta mi nuevo trabajo esporádico. Me siento como Tintín en sus mejores tiempos. Hace unos días que terminé lo gordo (todavía no me lo creo), y hoy ya puedo sentarme a desvariar a mi antojo. 

Y en esta línea no puedo dejar de pensar que, a pesar de que lo veo y lo escucho casi por todas partes, y casi en todo momento, cuesta creer que eso signifique algo más que restos de una obsesión mal curada. Que a pesar de que sigo sus pasos sin darme cuenta, es difícil admitir admiración alguna. Que a pesar de la clara y cruel venganza, algo se niega a declararlo culpable de todos los cargos. Pero teniendo en cuenta mi absoluta oposición a ser fija discontinua y que, por esa razón, ya en el pasado intenté “irme bien” sin ningún éxito, no es de extrañar que acabar mal haya sido, sin duda, la única forma posible de acabar. 

Pero tu acabar fue mi empezar.

Y no puedo decirlo, pero puedo escribirlo. Y puestos a escribir, escribir con orgullo lo mucho que he mejorado en lo que antes no era tan buena, y escribir que fue gracias a ti. Escribir que cumpliste un sueño en mi vida que aunaba casi todo lo que me hacía feliz en esos momentos, y que sólo siento que ese sueño fuera tan corto como su nombre. Escribir "con humor" que en eso te gano. Escribir que he heredado sólo lo bueno, y que he aprendido de lo malo lo mejor. Escribir mientras me queden ideas, como último resquicio de un recuerdo, antes de que llegue el día en que el coronel no tenga quien le escriba, y que entonces lo que escriba lleve otra dirección. Escribir como infinitivo infinito. Escribir mi salvación.