domingo, 4 de octubre de 2015

(Des)orden

Hoy tenía que ser un domingo agradable, un domingo para compartir, cantar, tocar la guitarra... un domingo para no estar sola. Pero se nos escapa el control de las circunstancias y por eso hoy es uno de esos domingo raros, grises, solitarios y que amenaza con destruir. Tengo a Luna cojeando por alguna razón que desconozco y no puedo hacer nada salvo esperar a mañana y llevarla al veterinario, tengo la cabeza sobrevolando un país de sueños, un sabor a fresa amarga en la boca, y la resaca de la debilidad gritándome "ya te lo advertí". Por eso y porque mi cuerpo no quiere reaccionar, hoy me quedo encerrada y no precisamente entre cuatro paredes. Me encierro para no desvelar intenciones, inseguridades, miedos, y me encierro porque a veces es más agradable que la ficción supere a la realidad.
Las decisiones que tomamos van marcando nuestro camino, y puede que las decisiones equivocadas nos lleven por el camino correcto. A mí que me gusta idealizar y montarme mis propias películas, no sé cómo me atrevo a desafiar la realidad, sabiendo que ésta supera la ficción (también para mal). Pero me he vuelto especialista en ver lo bueno de lo malo y aunque eso me despierte de un maravilloso sueño, a la larga es mejor saber lo que hay. Buscaré sueños nuevos y dejaré en la madrugada de las calles los ensuciados con la realidad.
Ante el orden (quizás previamente marcado) de las cosas que nos pasan, creo que lo único que podemos decidir por nosotros mismos es cómo encararlo; con qué actitud nos lo tomamos. En mi caso, no me obligo a nada... me ciño a lo que me pide el cuerpo y me quedo a solas ordenando el caos, apagando estrellas, y cuidando de mi perra.

Cuando buscas encuentras.


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