martes, 6 de octubre de 2015

Girando

Podría escribir tantas cosas esta noche... pero hoy por fin tengo sueño y no me quedo por aquí divagando; hoy no. Hoy, que se me cae el mundo encima, solo puedo aceptar lo que hay y lo que vendrá con toda la fuerza que consiga reunir para mantener a flote el barco.

El plan Phoenix no ha funcionado. Luna se hace mayor ante mi impotencia. Me mudo, para bien o para mal. Demasiados cambios, demasiado sola, demasiado arriesgado. Sé que todo esto trae algo muy grande, pero es difícil ver las cosas con claridad, ser optimista, no desconfiar, aceptar tanto desajuste... Pero seguro que es mejor que el Phoenix desaparezca de repente (tal como apareció), y poder centrarme en lo realmente importante ahora, que es Luna, y que por ella cambio las paredes de mi cueva con todo lo que eso conlleva, y que con suerte, traerá otro tipo de cambios al corazón.

Y todo parece menos grave cuando tienes a alguien que nunca te abandona, que aparece por la mañana para lavarte los platos que has acumulado, y te hace de comer porque si no no comes, y te abraza, y te trae tabaco, y respeta tu silencio y tus lágrimas y se va de noche, cuando ya sabe que te acuestas y has pasado el día dignamente. Y todo parece más fácil cuando, desde el otro lado del charco, te dicen que sí, que están contigo, que yo decido y que lo que decida está bien. Y todo parece medianamente llevadero cuando hay gente que te apoya, y te anima, y te ayuda, y te dice "tú puedes"... No puedo evitar que ella se vaya algún día, pero sí puedo intentar que ese día llegue lo más tarde posible, y que hasta entonces esté cómoda, y sea feliz...

A pesar de mis lágrimas, el mundo sigue girando y se empeña en amanecer cada día, y que sigan pasando cosas, que unos nazcan y otros mueran, que saquen tu nota en el periódico, que ya tengamos el trailer del último corto, que en un par de días quizás me salga un gran trabajo, que conozcas a unos y desconozcas a otros. Y te pone la vida en la cuerda floja para que aprendas a caminar sobre ella con firmeza, sin mirar abajo, obligándote a mantener la vista al frente en todo momento y que cada paso sea un logro.

Todo va a ir bien. En eso pongo todo mi empeño, todo mi dinero, y toda mi cabeza. Y lloro si tengo ganas de llorar para que la tristeza no se acumule, y sueño si tengo que soñar para evadirme, y me río cuando, a pesar de todo, tengo ganas de reír y olvido por un rato que la vida está mal diseñada y que nacer al revés (como imaginaba Quino) sería mucho más justo, pero lidio con lo que hay y paso de lo que no, y mando al carajo a los que no llaman, a los cursos que se caen, a los que vienen y se van... Que sí, que me hago fuerte y que ya no me importa tanto casi nada. Y que al final he divagado un huevo, y que se acabó. Me voy a dormir.

No hay comentarios: