lunes, 14 de octubre de 2019

8 días

Dicen que si miras una olla con agua, ésta nunca hierve. Las cosas pasan cuando estamos ocupadas haciendo otras cosas. En mi caso, lo que quiero que pase es el tiempo, y para que pase más deprisa he iniciado una nueva rutina de actividades que, junto con mi habitual rutina de trabajo, me deja menos momentos vacíos. Me acuesto temprano, me levanto temprano, duermo la inevitable siesta... estoy como las abuelas. Además hago deporte, voy a la piscina, practico técnicas de relajación y estoy empezando a conducir otra vez. Todo esto, todo, sólo por ocupar espacios de tiempo. Aún así, no puedo evitar divagar de vez en cuando. Y acabo llegando siempre al mismo lugar de confusión, de sentimientos encontrados y asuntos sin resolver. Y ahí está la clave, en los asuntos sin resolver. Tomar una decisión importante ya es bastante difícil de por sí como para no tener clara cuál es esa decisión ni saber qué hacer, cómo hacerlo o por qué hacerlo.
Me he marcado 8 días en el calendario (aunque uno ya lo puedo tachar) y durante el tiempo en que transcurran esos 8 días la decisión llegará sola, inevitablemente. Funciono mejor con un orden establecido y, de momento, el tiempo es lo único que soy capaz de ordenar. Lo que haga, pasado ese tiempo, será producto de lo que ocurra durante, y aunque estoy casi segura de lo que pasará, prefiero no anticiparme y seguir con mi rutina.
8 días clave.
Y ya sólo quedan 7.









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