jueves, 18 de diciembre de 2014

ORÍ

De nada sirve insistir en el sí cuando la vida grita que no. Por que cuando el fucking destiny se empeña en algo es inútil intervenir. Pero yo eso lo sé porque siempre intento ser más fuerte, ganarle el pulso, y salirme con la mía. De no ser así, siempre me lo estaría preguntando en lugar de afirmarlo con tanta certeza. Alguna razón misteriosa habrá detrás, en este torpe juego del escondite. Y a pesar del disgusto que causa a veces, no me imagino mejor manera de vivir la vida que no sabiendo lo que va a acontecer. Los "contraplanes" a veces esclarecen la realidad, te sitúan en el plano: you are here. Y además avivan tu ingenio, obligándote a buscar soluciones rápido, a improvisar, a pensar en el contenido y no tanto en la forma, a priorizar... al menos es lo que me pasa a mí; sé que no es así para todo el mundo. Hoy Granada, fría y soleada, me mostró lo bueno y lo malo de mi pasado. Y yo lo disfruté y lo padecí a partes iguales.
Pero no me conformo.
Yo decido.
Y yo me equivoco (porque quiero).



Punto.

No hay comentarios: