martes, 30 de diciembre de 2014

En la última noche del año

Facebook se empeña en que comparta un álbum de fotos con mis mejores momentos del año, pero la verdad es que no todos mis mejores momentos están reflejados en las fotos. La mayoría de ellas han tenido un fin profesional este año. No tengo fotos para todo lo que han significado tantas personas. Algunas se fueron pero dejaron aquí su huella, otras siguen invisibles, otras van y vienen...
Pero, insisto, mis mejores momentos los llevo dentro, no se pueden compartir con fotos. He trabajado con mucha gente a lo largo del año, he bailado, me he emborrachado, he tocado el cielo... He tenido cerca a personas que para mi sorpresa me han apoyado en mis delirios, en momentos delicados, y en los peores momentos. Unas decidieron correr un tupido velo; otras resurgieron tras un largo tiempo. Pero de todos conservo algo en mi baúl de los recuerdos.
Se podría decir que ha sido un año fabuloso, como sugiere el facebook. Tengo trabajo y vivo de lo que me gusta. Tengo amigos maravillosos tan diferentes entre ellos que no entiendo cómo pueden tenerme a mí en común (y eso es lo que más me gusta). Tengo seres queridos al otro lado del charco, otros dando vueltas por el mundo, otros bajo mi techo. Tengo el tango y el rock'n'roll, el mate y el té, el teatro y el cine. Tengo una guitarra y dos pulmones para desahogarme, y tengo Nueva York cada vez más cerca. Y lo más grande que tengo no se puede fotografiar, incluso es difícil ponerle palabras. Es mi mundo interior, mi propia visión de la realidad, ese lugar donde todo cabe, donde se mezclan tantas emociones, donde soy realmente yo, donde puedo querer, y odiar, y llorar, y reír, y regalarte la luna y robarte el corazón. Ahí dentro están mis mejores momentos, mis personas idealizadas, el motor de mi vida.Y mi propósito para el año nuevo no es otro que seguir respirando y caminar (más despacio, más atenta, pero caminarlo todo), y seguir llenando mi mundo de música, de escenarios, de olores, de imágenes de un lugar imperfecto lleno de gente imperfecta como yo, y hacerlas especiales.
Y si puedo pedir un deseo es que el tiempo no tenga tanta prisa; tengo muchas cosas que hacer...
No pongo fotos, pero pongo música. La música que en estos momentos me inspira y me llena. Canciones que estoy ensayando, que he hecho mías y que en el último aliento del año, definen mi estado, mis ganas, mis miedos y mis pasiones. Que se cambie el 4 por el 5, pero solo eso; lo demás que no cambie, simplemente continúe.










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