lunes, 3 de febrero de 2014

Visión de futuro

Hay gente que llega, entra en tu vida un instante y se va. Ese instante puede cambiar algo, puede cambiar mucho o poco, puede cerrar una puerta, abrir una herida o cambiarte de rumbo. Y no siempre depende de la intención con que lo hagan. A veces depende más de cómo lo recibas tú. La vida de cada uno está conectada con infinitas cosas de forma tan compleja que una persona, en un instante, con una sola palabra o incluso con su silencio puede modificar mil situaciones a la vez sin ni siquiera tener conciencia de ello. 

En una misma semana he tenido que asimilar tantas decepciones de distintas personas, que ya ni me sorprendo de lo chunga que puede ser la gente. Gente que apenas conozco pero que no me dieron razones para desconfiar, de entrada... La culpa es mía por hacerme ilusiones antes de tiempo, que parezco la lechera del cuento, pero cuando te viene una detrás de otra es como “bueno, vale ya no?”. Se hace realmente jodido… Entre los que te dicen que sí y luego que no, los que se aprovechan de tu trabajo y después no solo no cuentan contigo sino que además te lo restriegan,  los que hacen mal las cosas y te acaban salpicando y los que dicen “ya te llamaré” y no llaman nunca… es agotador, en serio. No se juega con la ilusión de la gente, nunca, bajo ningún concepto. Eso es algo SAGRADO. Y al final piensas que de todo se aprende, y que no volverás a confiar en nadie, pero ¿cómo lo ves venir? Una mala experiencia con una gente no significa que siempre sea así, que paguen unos por el daño que hicieron otros… No, no es así. Solo queda cruzar los dedos para que las futuras experiencias sean distintas, más satisfactorias, menos cabronas… 

Este mes de febrero está tan repleto de cosas que he tenido que abandonar las clases de danza. Un poco por curro y un mucho porque no me alcanza el dinero. Estoy sacrificando un montón para ahorrar: no salgo, no voy a ver teatro, no quedo con nadie, no me compro nada, no pago clases… El año pasado invertí muchas pelas en cursos; este año lo que necesito es trabajar y que me paguen por ello. Y no me bajo del toro. Un "no" para un trabajo gratis (un "no", después de un "sí"...) me recordó que no estoy para hacer nada por amor al arte. Al menos no en estos momentos. Fue como un toque de atención a tener en cuenta. 

Mi CV está hoy en proceso de selección para un trabajazo que si me saliera... ay, si me saliera. Pero como la suerte me odia y lo más seguro es que no me llamen, ya me he comprometido a otro trabajillo, mucho peor pagado, pero que al menos me mantendrá a flote y, lo más importante, activa. En cualquier caso, podría tirar con todo sin problema. De hecho, eso sería lo ideal!

Agarrándome una vez más a pasiones que me ayuden a olvidar ciertas carencias me refugio en el teatro, sesiones de fotos, y animaciones varias. Barajo tantas cosas que, por fuerza, alguna me tendrá que salir, aunque solo sea por insistencia. 

Espero “pacientemente”. Algo recogeré… 

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