lunes, 29 de abril de 2024

Combustible

Ya casi en el último tramo de este viaje. 

Sigo escribiendo cada mañana, y sigo parando cuando lo considero, casi siempre por falta de tiempo o de ideas, pero en cualquier caso, menos de lo recomendado. 

No he tenido la paz necesaria para organizar cosas diferentes (no la he tenido desde marzo), pero aprovecho cada rato de soledad para "jugar". El tiempo no ha venido acompañando mucho para tirarse a la calle últimamente. 

Prestar atención es lo que más he sacado en claro desde que empecé con todo esto. De hecho, desde que curro los findes, mi atención está más dispersa, y lo he notado mucho. Sobre todo en los pequeños detalles. Esos que saben tan bien. Es algo a tener en cuenta. 

Ayer, como siempre, estaba demasiado cansada para pensar y por eso no escribí. Llegué pronto a casa (los tres días he llegado pronto a casa) y desconecté del mundo un par de horas. Sólo cuando despegué el culo de la silla y me di una ducha larga, volví al mundo de los vivos, para ascender a los cielos momentos después, cuando entré en X (un placer volver a verte, y a oírte, dear). Y ahí sí... ahí me olvidé del bar, de la gente estúpida, y de la posibilidad de verme de nuevo sin rumbo, porque la ducha y los chistes "dobles" me llevaron a otro sitio mejor. Al sitio perfecto. Ese en el que me inspiro y me ayuda a escribir, a estudiar, a sonreír, y a vivir mejor. 

Y si ocurre que de nuevo sobro, que de nuevo no encajo, que de nuevo no estoy en mi lugar, sólo tengo que buscar donde sé que está lo bueno. Tan cerca y tan lejos, pero tan a mano. Combustible. Y a seguir...



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