martes, 10 de diciembre de 2013

Blowing in the wind

Vivir mata. Antes o después, te cuides o te descuides, da igual, mata siempre y sin excepción.
Vengo del funeral de Jose Carlos Morales, el Bob Dylan de cada lunes en La Tertulia, el rockero apoyado en la barra que siempre tenía conversación, un amigo de noches largas y de noches cortas que en una ocasión me escuchó cantar por Janis Joplin y a los dos días me hizo un hueco en su escenario. Ni siquiera sabía que estaba enfermo... Ayer abrí el facebook y la coraza de acero que venía fabricándome se agrietaba cuando veía, sin yo querer, ciertas publicaciones; la noticia de la muerte de Joe la terminó de romper. De nuevo lágrimas de debilidad que más tarde se convirtieron en lágrimas de rabia y de impotencia cuando leí la nota de despedida que nos dejó a sus amigos de La Tertulia. Y todo se vuelve tan simple...
Cuando se van yendo los de siempre te das cuenta de que "siempre" es una palabra de mierda. Te agarras a lo que tienes y compartes lo que te dejan, y los que te abandonan por algo será...
Me despido hasta el año que viene, cuando logre cambiar mi discurso, cuando interiorice las palabras de Dylan "when you ain't got nothing, you got nothing to lose", y consiga reírme hasta de la muerte.

Buen viaje, my friend.

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