Al final
su muerte me supuso un alivio, imagino que el mismo que sentiría ella, porque
estando donde estaba, en semejante estado y sin expectativas reales de que la
dejaran salir para vivir a gusto el tiempo que le quedara, era sin duda lo
mejor (o así lo entiendo yo). Me hubiese gustado saber qué hubiera pasado si a
la semana de estar internada, la hubiese podido sacar de allí, llevarla a una
clínica privada o que hiciera su vida “normal”; me hubiese gustado que muriera
en su casa, calentita en la mesa camilla y hasta el culo de café y buñuelos.
Puede que en lugar de un mes y medio, hubiese durado tres semanas, pero las hubiese
vivido más feliz que sedada “para que esté tranquila” y con los brazos morados
de tanto pincharle cosas. No puedo enfadarme con nadie porque sé
que hicieron lo que pudieron, y mi abuela estaría muy agradecida igualmente,
pero ojalá me hubieran escuchado más con el corazón que con las orejas, como yo
trataba de escucharla a ella.
En
estos tiempos en los que se comparte públicamente desde el café con churros que
desayunaste por la mañana hasta la noticia más triste del día; si has
conseguido ese trabajo o si te ha dejado el novio; que te has levantado con
gripe o que tu gato ha escupido una bola de pelo, es difícil saber dónde está
el límite de lo ridículo. Tampoco tengo claro por qué hay que comunicar cosas
como que estás de vacaciones o que te has reencontrado con tu mejor amiga de la
infancia. La era de internet, y sus redes sociales, han fomentado una imperiosa
necesidad de expresión que, en multitud de casos, hace más mal que bien. Pero
una debe pertenecer a su tiempo y no renegar de “lo moderno” sino darle el uso que le favorezca.
En un principio, las rrss me parecieron una herramienta útil y
necesaria para trabajar: puedes promocionarte, llegar a miles de personas, avisar
de cambios, cierres o cancelaciones y acceder a grupos de trabajo relacionados
con lo tuyo. En ese sentido, no es raro que aceptemos “amistad” de personas que
no conocemos, simplemente porque trabajan en lo mismo que tú o están
relacionadas de alguna forma. Pero llega un momento en que los amigos (o
familiares) se mezclan con los meros contactos profesionales, y las cosas que
compartes no son del interés de todos (hay un botón para seleccionar remitentes
pero nadie se toma tantas molestias). Total, una acaba mostrándose tal como es
y comparte lo bueno, lo malo, lo profesional y lo cotidiano con absolutamente
todos.
El uso que hacemos de las rrss me resulta bastante absurdo en general, y
sin embargo me presto a formar parte de ese juego, convirtiéndome en absurda yo
también, porque el beneficio individual suele ser mayor al grado de estupidez
colectiva. Sí, hay que adaptarse al tiempo que nos toca vivir, pero yo decido
dónde está mi límite. Y no por una autoimposición forzada sino porque sé hasta
dónde quiero llegar. Al final, nosotros mismos elegimos qué contar, y cómo, y
cuándo. Y muchas veces, hay una razón detrás que no todo el mundo puede
entender. Otras veces, casi todas, es pura rutina de actividad social (ahí
entra el café con churros que a nadie le importa una mierda o la foto de tu
perro mirando al mar que simplemente es “mona”).
Compartí la noticia de la muerte de mi abuela (como lo he hecho con otros seres queridos) porque creo que tiene más valor que cualquiera de las “gracias” que escribo normalmente, pero además, sí, hay una razón detrás (o varias) y, como he dicho antes, hay cosas que no se pueden explicar y en este caso, aunque se pueda, tampoco se debe.
Compartí la noticia de la muerte de mi abuela (como lo he hecho con otros seres queridos) porque creo que tiene más valor que cualquiera de las “gracias” que escribo normalmente, pero además, sí, hay una razón detrás (o varias) y, como he dicho antes, hay cosas que no se pueden explicar y en este caso, aunque se pueda, tampoco se debe.
Ella es más de la mitad de lo que soy. Quien quiera, que entienda…
Click aquí---> "MIS ABUELOS" cuento corto
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwD_pYLKd2-GtsNBVg_B56YudhWf8dGlPVQtEojp1ao3dLd_R7S2Q8r5CtiJq4dfXqR2DFTfsR0_HTEq0pgPTzGEej5UMK9mykYR-Hqm1ZjtTO7xgPOES2LyWMv9c7lSQPb11gMcmjcqI/s320/IMG-20160605-WA0009-1-1.jpg)
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1 comentario:
Lo siento. Vale la pena vivir para luchar y luchar para vivir.
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